domingo, 26 de abril de 2009

El sistema de salud del Canadá y su financiamiento


Francisco Xavier Solórzano


En Canadá, el Estado garantiza el acceso de sus residentes a los servicios de salud y proporciona la infraestructura y los recursos necesarios para que el sector privado los provea. Los usuarios participan activamente en la planificación y en la toma de decisiones mediante su representación en las juntas directivas de los servicios de salud.
Una importante iniciativa actual es el control de costos por medio de estrategias de apoyo comunitario. Indudablemente constituye una opción válida frente al incremento de los costos de proveer servicios de salud a una población que envejece paulatinamente, aportando una creciente carga de enfermedades crónicas y degenerativas que exigen procedimientos de alta complejidad, largos y costosos. Entre las opciones adoptadas figura el establecimiento de servicios de apoyo comunitario para reforzar la labor del personal de salud y de los voluntarios.
Con objeto de contener los costos, la mayor parte de las provincias han adoptado la política de congelar el gasto. En el caso de Ontario, el aumento general de los presupuestos hospitalarios se ha mantenido por debajo de la tasa de inflación, o en alrededor de 1% . Además de las medidas orientadas a controlar el crecimiento presupuestario, también se ha llegado a un acuerdo para limitar los salarios y descontar una proporción determinada del ingreso anual de médicos que ganen más del monto acordado.
A pesar de los elevados costos actuales que enfrenta el sistema de salud canadiense, la calidad de los servicios, la alta satisfacción de los consumidores y, sobre todo, el nivel de desarrollo humano alcanzado por la población parecen justificar plenamente la magnitud del gasto en salud.
Sin embargo, el dilema actual creado por las reducciones presupuestarias radica en cómo ahorrar recursos sin afectar a la cantidad y calidad de la atención de salud. En resumen, durante las dos últimas décadas Canadá ha logrado mantener un equilibrio relativamente bueno entre el modelo de atención de salud libre y empresarial de Estados Unidos y los sistemas únicos e integrales, como el británico o el sueco, en que el Estado ejerce un control más riguroso.
El sistema canadiense está orientado al bienestar social, es decir, a satisfacer las necesidades básicas de la mayor parte de la población, una de las cuales es precisamente la salud. Si se sopesan sus virtudes y deficiencias, el sistema canadiense parece superior al de Estados Unidos. La diferencia radica en los fundamentos de cada sistema: mientras que el sistema estadounidense defiende a ultranza la libertad individual, el canadiense se preocupa por el bienestar colectivo. Uno de los grandes problemas del momento es el continuo incremento del gasto en salud, cuyo control se ve limitado por el envejecimiento de la población, unido a la creciente necesidad de atención hospitalaria, y el enorme consumo de nuevas tecnologías.
La presente década es un momento crucial en que urge corregir algunos de los problemas del sistema de salud de Canadá, para evitar un deterioro progresivo de la accesibilidad y calidad de la atención y prevenir mayores incrementos de los costos. Con estos fines se han propuesto diversas reformas: el desarrollo de actividades de prevención y promoción de la salud que complementen los servicios curativos; la contención de costos y la reducción del déficit gubernamental; la completa racionalización, integración, regionalización y reestructuración de los servicios de salud, con mayor énfasis en su eficiencia y eficacia y en formas alternas de prestar servicios; la descentralización de las responsabilidades; la adopción y uso cuidadosos de innovaciones tecnológicas, reparando en su efectividad en función del costo; y finalmente, la atención a las necesidades de la población, aprovechando toda oportunidad de reducir el riesgo y la carga de morbilidad.
Agradecimiento. Se agradecen profundamente los comentarios y sugerencias de todas las personas que han ayudado a revisar las versiones preliminares de este manuscrito y, sobre todo, las observaciones de los tres revisores anónimos que orientaron esta versión final. Cualquier error u omisión es la entera responsabilidad del autor.
1 Próximamente en esta revista se publicará una versión en inglés de este artículo.
2 Organización Panamericana de la Salud, Programa de Políticas Públicas y Salud, Washington, DC, Estados Unidos de América. Toda correspondencia relacionada con este artículo debe dirigirse al autor a la siguiente dirección postal: P.O. Box 2535, Rockville, MD 20847, EUA.
Desde la observación inicial del sistema de salud canadiense y la preparación del presente manuscrito, el sistema se ha visto afectado por una serie de cambios políticos y económicos. Actualmente se advierte una marcada tendencia hacia la reducción del aporte gubernamental para el financiamiento del sistema, lo que ha aumentado la participación del sector privado. Esta situación está generando un conflicto entre las disposiciones legislativas de orden federal y su aplicación en el nivel provincial. El sistema de salud canadiense ha pasado, indudablemente, por un proceso de adaptación constante en un esfuerzo por satisfacer las necesidades de la población. Sin embargo, en este momento es difícil predecir el futuro de un sistema de salud que, pese a sus limitaciones, constituye un modelo para muchos países.

Rev Panam Salud Publica /Pan Am J Public Health 1(3), 1997

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